15 oct 2010

Voces que esperan ser escuchadas

Han pasado más de ocho meses de los desastres y las viviendas continúan destruidas. Al respecto sólo voces aisladas aportan a la reconstrucción.

Felicitas dormía cuando ocurrió. Los gritos de los vecinos, el ruido del río que inundaba su vivienda y la torrencial lluvia que no dejaba de caer hizo que despierte a sus tres hijos y salga huyendo de su casa. Pasada las horas, observar que todo estaba destruido y que sus pertenecías navegaban en lodo y agua de la mañana, le hizo pensar que lo que estaba viendo era parte de una pesadilla; pesadilla que ese día era compartida por muchas familias de la provincia de Anta.

Los meses de enero, febrero y marzo ocasionaron las emergencias en la región Cusco, las lluvias originaron deslizamientos e inundaciones que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso. Las viviendas precarias y los terrenos cercanos a ríos fueron los más afectados.

Se hizo evidente la ausencia de planes de contingencia ante este tipo de hechos, la falta de una cultura de prevención por parte de los pobladores y autoridades. Ante este panorama, se trató de resarcir errores con ayuda de momento, como abrigo y alimentos que en muchas localidades no fueron suficientes para las miles de personas damnificadas.

Han pasado siete meses. La escena no ha cambiado, menos la crítica situación en la que se encuentran cientos de familias de la provincia. Sectores como Vallecito, Sauces y Santa Rita siguen esperando la ayuda humanitaria a la que muchos se comprometieron.

Un recorrido por dichas localidades nos permite comprender que tras cada vivienda destruida, tras cada hectárea de cultivo perdido, tras cada familia afectada; existen historias que esperan ser escuchadas. La depresión por lo pasado y los temores por nuevas inundaciones ocupa la mente de muchos.

La reconstrucción: es un pedido conjunto por los pobladores de la zona, esta tarea sólo será posible con el esfuerzo de todos. Al parecer, por ahora sólo ha sido escuchada por voces aisladas que silenciosamente cumplen dicha labor. Predes y Welthungerhilfe han iniciado esta tarea a través de la contribución económica de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea - ECHO, para la construcción de módulos de vivienda temporal que beneficia a familias de insuficientes recursos económicos.

A escasos meses del inicio de la temporada de lluvias, pero a muchos meses de haber ocurrido las inundaciones; las angustias se aproximan nuevamente. Felicitas observa su casa destruida y quiere ya despertar del mal sueño que le tocó vivir a inicios de año.

Por Zaida Tecsi Cruz

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